Un huevo roto en el suelo
me recuerda mi ingenuidad
cuando pienso que podré sanarlo todo
de la noche a la mañana
En ese breve pero preciso instante
en el que la clara parece seguir a la yema y la cáscara,
de la misma manera que las moléculas de agua se agarran unas a otras
justo antes de desbordar el vaso
Hay un momento en el que creo que con una sola servilleta será suficiente
Entonces el huevo se derrama y la vida me recuerda
mi ilusión de creer que podré limpiar toda mi mierda
de una sola pasada.